domingo, 19 de diciembre de 2010
Excursion a Boca del Asno-Segovia
viernes, 3 de diciembre de 2010
6/11
Es sábado y poco a poco se nos empieza a hacer familiar reunirnos todos en el albergue. Mucho más
cuando venimos de una acampada fantástica como la que tuvimos la semana anterior.
Llegamos al albergue y ya podemos distinguir claramente las 3 secciones de chavales que estan en marcha,
cada una se reune con sus monitores, pero para no perder costumbre y sobretodo porque nos gusta estar
juntos y porque juntos podemos hacer mejor el tonto sin que se note demasiado, nos reunimos para hacer
unas danzas y entrar en calor.
Luego, ya si, cada uno se va por su lado a realizar sus actividades. La Manada Mohwa teníamos un día muy especial ya que ibamos a crear las 3 primeras seisenas:Nathoo, Seeonee y Kanhiwara. Mientras hablabamos con las seiseneras y con sus respectivos subseiseneros para explicarles la importancia de las seisenas dentro de la manada y su relevante papel como ejemplo para los demas en ellas, el resto disfrutaba con unas actividades deportivas, que acabaron en un partido de todos los lobatos contra los viejos lobos.He de decir que aunque los monitores lo intentamos acabamos sucumbiendo ante el empuje, calidad y cooperación de esta juventud, (casi no tuvo que ver que fueran 15 contra 3).
Después de esto y como final de la reunión hicimos los primeros banderines de las seisenas, quedaron muy chulos y los colgamos en el cubil de la manada que poco a poco va tomando forma y nos va resultando mas acogedor y familiar.
Hasta el próximo sábado!!
Un finde de miedo....
Negras tormentas acechan los aires, nubes oscuras nos impiden ver. Con esta poética frase comenzó nuestro terrorífico fin de semana, las nubes cubrían la montaña y nos daban el aviso de que no iba a ser fácil.
Debido a la amenaza de lluvia, los lobatos y los castores subieron al refugio en coches, gracias a los voluntariosos padres que se ofrecieron desde el primer momento. Pero la tropa no se dejo asustar por la posible lluvia (hasta el momento no llovía de verdad, solo caían unas gotitas que nos obligaban a mantenernos alerta) y se fue andando hasta el refugio, eso sí, sin mochilas, solo la cantimplora y el chubasquero, por si acaso.
La mañana la dedicamos mayoritariamente a recoger leña, ya que al estar todo húmedo, era necesario encender la chimenea cuanto antes y poner la madera a secar si queríamos tener calorcito dentro del refugio cuando anocheciese. El resultado de la recogida de madera fue espectacular, y conseguimos abastecernos de madera más que suficiente. Pero no todo fue trabajar, también jugamos antes de la hora de comer.
Después de la comida y un poquito de tiempo libre. La manada despidió de su guarida a los castores, que recibieron la visita de Rasti y Kio, que les acompañaron ya durante todo el fin de semana y les enseñaron como es la vida del castor. Los lobatos, por nuestra parte, hicimos juegos de conocimiento y confianza, con los que poco a poco tener un grupo más unido y comprometido. Compartimos la merienda entre todos, y seguimos jugando hasta que la luz desapareció como si apagasen el interruptor.
Después de una rica cena (sopa calentita y salchichas con puré), los castores se fueron a dormir, pero a los lobatos y la tropa les esperaba una terrorífica visita. Seis espíritus de diferentes épocas de la historia se habían escapado del inframundo, y era nuestra misión descubrir sus historias para asi poder mandarles de vuelta al lugar de donde venían.
Cerrado el asunto de los espíritus, nos fuimos a dormir tranquilos, bueno alguno más nervioso que otro, pero en general muy tranquilos, aunque con un poquitín de frio, que se solucionó con alguna manta y apretándonos mucho para darnos calor.
A la mañana siguiente, tras un delicioso desayuno y unos cuantos juegos y danzas para entrar en calor, leímos un trozo del libro de las tierras vírgenes, en el que nos contaba como entro Mowgli a la manda de lobos.
Tras la comida, recogimos todo dejándolo bien limpito, hicimos nuestras mochilas y empezamos a andar, esta vez sí, todas las secciones, aunque la tropa salió mas tarde. Tras una caminata tranquila y apacible, llegamos al albergue Fuentenueva más pronto de lo previsto, el cambio de hora nos pasó factura.
Contentos y alegres, como dijo Mickey Mouse, “todo el mundo pa´su house”, contamos ya los días para repetir experiencia, la próxima, en noviembre, en un albergue con comodidades de las que no pudimos disfrutar esta vez, como son la luz eléctrica, la calefacción y una ducha caliente, que seguro aprenderemos a apreciar mucho mas después de este tipo de aventuras.