viernes, 3 de diciembre de 2010

Un finde de miedo....

 

IMG_3339Negras tormentas acechan los aires, nubes oscuras nos impiden ver. Con esta poética frase comenzó nuestro terrorífico fin de semana, las nubes cubrían la montaña y nos daban el aviso de que no iba a ser fácil.

Debido a la amenaza de lluvia, los lobatos y los castores subieron al refugio en coches, gracias a los voluntariosos padres que se ofrecieron desde el primer momento. Pero la tropa no se dejo asustar por la posible lluvia (hasta el momento no llovía de verdad, solo caían unas gotitas que nos obligaban a mantenernos alerta) y se fue andando hasta el refugio, eso sí, sin mochilas, solo la cantimplora y el chubasquero, por si acaso.

    La mañana la dedicamos mayoritariamente a recoger leña, ya que al estar todo húmedo, era necesario encender la chimenea cuanto antes y poner la madera a secar si queríamos tener calorcito dentro del refugio cuando anocheciese. El resultado de la recogida de madera fue espectacular, y conseguimos abastecernos de madera más que suficiente. Pero no todo fue trabajar, también jugamos antes de la hora de comer.

    Después de la comida y un poquito de tiempo libre. La manada despidió de su guarida a los castores, que recibieron la visita de Rasti y Kio, que les acompañaron ya durante todo el fin de semana y les enseñaron como es la vida del castor. Los lobatos, por nuestra parte, hicimos juegos de conocimiento y confianza, con los que poco a poco tener un grupo más unido y comprometido. Compartimos la merienda entre todos, y seguimos jugando hasta que la luz desapareció como si apagasen el interruptor.

    Después de una rica cena (sopa calentita y salchichas con puré), los castores se fueron a dormir, pero a los lobatos y la tropa les esperaba una terrorífica visita. Seis espíritus de diferentes épocas de la historia se habían escapado del inframundo, y era nuestra misión descubrir sus historias para asi poder mandarles de vuelta al lugar de donde venían.

    Cerrado el asunto de los espíritus, nos fuimos a dormir tranquilos, bueno alguno más nervioso que otro, pero en general muy tranquilos, aunque con un poquitín de frio, que se solucionó con alguna manta y apretándonos mucho para darnos calor.

    A la mañana siguiente, tras un delicioso desayuno y unos cuantos juegos y danzas para entrar en calor, leímos un trozo del libro de las tierras vírgenes, en el que nos contaba como entro Mowgli a la manda de lobos.

    Tras la comida, recogimos todo dejándolo bien limpito, hicimos nuestras mochilas y empezamos a andar, esta vez sí, todas las secciones, aunque la tropa salió mas tarde. Tras una caminata tranquila y apacible, llegamos al albergue Fuentenueva más pronto de lo previsto, el cambio de hora nos pasó factura.

    Contentos y alegres, como dijo Mickey Mouse, “todo el mundo pa´su house”, contamos ya los días para repetir experiencia, la próxima, en noviembre, en un albergue con comodidades de las que no pudimos disfrutar esta vez, como son la luz eléctrica, la calefacción y una ducha caliente, que seguro aprenderemos a apreciar mucho mas después de este tipo de aventuras.

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