jueves, 3 de febrero de 2011

Acampada de enero

 

DSC_0083Sábado.

Primera acampada del año, y con más fuerza que nunca, 19 lobatillos nos acompañaron en esta ocasión en un fin de semana lleno de experiencias.

Comenzamos el sábado saliendo de ruta. Tras los preparativos necesarios antes de salir de ruta: sacar la comida, llenar las cantimploras de agua, y repartirlo todo en mochilas; nos dispusimos a encaminarnos hacia nuestro destino: el antiguo poblado de Navalquejigo.

Situado entre la moderna urbanización de Los Arroyos, junto a la parada de tren de Las Zorreras, el centenario pueblo de Navalquejigo quedó abandonado a mediados de siglo XX, y pocas décadas después comenzó a urbanizarse alrededor suyo, dando un aspecto completamente diferente a la zona, y eso buscábamos encontrar en el final de nuestra ruta, el altísimo contraste entre tradición y modernidad, entre lo nuevo y lo viejo.DSC_0013

Pero el camino hasta Navalquejigo no es corto, y pudimos pasear tranquilamente en una larga ruta por la llanura escurialense, mientras hacíamos un juego de pistas con pruebas, acertijos y fotografías que había que identificar por el camino.

Al llegar a Navalquejigo, visitamos un poco el viejo pueblo, hasta llegar a la iglesia (románica, del siglo XII), donde pudimos comer a buen refugio, y después subir al viejo campanario, eso si, en pequeños grupos para controlar mejor la seguridad de la pequeña puerta-campanario.

Tras rellenar nuevamente las cantimploras en la fuente del pueblo, nos encaminamos a retornar a casa, esta vez con mas rapidez, pues aun anochece temprano, y no queriamos quedarnos a oscuras a mitad de camino. El cansancio de una ruta larga, aunque no difícil, junto a los pies mojados por caminar todo el día sobre la nieve consiguieron que nos cayera la oscuridad encima, por suerte ya estábamos en el pinar cercano a nuestra casa, y ese es un camino que conocemos ya con los ojos cerrados, y así se vio.

Al llegar al albergue, subimos directamente a la habitación, a cambiarnos la ropa mojada y ponerla a secar. Jugamos todos sentados en un círculo sentados en la habitación y hubo algún que otro conato de rebelión lobatíl contra Baloo, que acabaron ganando los lobatos por desgaste (los años pesan Baloo), mientras esperábamos la cena: rico puré de lentejas y tortilla de patatas.

DSC_0142Para finalizar la noche, tuvimos una fiesta con karaoke, disco, y un video del campamento de navidad que se habían currado el comando andalusí (Cobra, Adrikki y Naiara), antes de irnos a la cama a dormir, aunque a más de uno le costó conciliar el sueño, cuando por fin nos dormimos, no hubo quien nos despertara por la noche.

Domingo
Después de una plácida noche nos levantamos, alguno remoloneando más de lo necesario, hicimos el saco y nos bajamos a desayunar.

Ya con las pilas cargadas tocaba jugar, asíque fuimos al bosque y durante la mañana estuvimos jugando a varios juegos, buscar la bandera, te invito a cenar... el tiempo se nos pasó volando y antes de comer ya estábamos en el albergue para terminar de recoger nuestras cosas, porque después de la comida teníamos que ayudar al grupo a recoger el albergue, y eso hicimos, todos colaboramos y conseguimos recoger y limpiar rápidamente lo que nos tocaba.
Lo único que nos quedaba por hacer ese día era la ceremonia de promesas, muy importante para nuestros lobatos que nunca habían participado en una. La ceremonia fue muy bonita subimos a una explanada al lado del albergue desde donde se veían las montañas nevadas, Madrid pequeña y lejana...todos tendremos recuerdos muy bonitos de esa ceremonia, unos por ser la primera que vieron, otros por haber echo la promesa, y habrá alguno que también se acuerde del frío, pero seguro que esos son menos.
Ya por último nos despedimos de nuestros compañeros de Madrid y nos fuimos cada uno con nuestras familias esperando al siguiente sábado que nos volveremos a ver todos.

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