Poco antes de empezar, un monitor de Lobatos de un grupo Scout, que se alojaba ese mismo fin de semana en el albergue, se acercó a nosotros para preguntarnos si queríamos juntar a los dos grupos y hacer la reunión juntos. La idea nos pareció redonda, así que nos colocamos todos en círculo y comenzamos a hacer danzas para que todos perdieran un poco la vergüenza y fueran teniendo contacto con el grupo nuevo.
Aprendimos unas cuantas danzas que desconocíamos y, nosotros supongo que también les enseñamos alguna nueva a ellos. Después de calentar motores, pusimos rumbo al pinar que se encuentra al final de la urbanización del albergue.Habíamos preparado un “Stratego” para la manada Mohwa, en el cual dividíamos a los Lobatos en dos grupos. A cada grupo se le asignaba un territorio delimitado del pinar. En cada campo se situaban dos monitores que tenían que repartir a cada niño una carta con un personaje del libro de la selva. Cada carta solo podía vencer a determinados personajes del otro equipo, y cuando una carta vencía a otra, el niño ganador tenía que llevarla a los monitores de su grupo y el niño que había perdido, tenía que ir a su campo a conseguir otra nueva. Ganaba el bando que consiguiera la carta contraria, que o bien era Shere Khan o Hathi.
Como nos unimos con el otro grupo, tuvimos que reelaborar un poco el juego y en algún momento fue un poco lioso, pero la verdad es que quemaron mucha energía, todos disfrutaron mucho y, de hecho, nos lo dejaron bien claro en la evaluación que llevamos a cabo en el recorrido de vuelta al albergue.La verdad es que el hecho de juntarnos con otro grupo Scout fue algo realmente provechoso.
Un sábado diferente.
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